Esta es una historia rara y triste asi que ¡espero que os guste!
TU CARTA:
Me arrebataste la cámara de fotos y me condujiste hacia el lugar en el que yo, me sentía más segura. Una vez en tus brazos sentí tranquilidad y ambos supimos que te cedía en ese mismo instante mi confianza y a mí misma. En ese momento te deseé tanto que hubiera dado mi último aliento, mi último beso, mi último adiós, mi vida entera, para que esa noche no acabara jamás. Tus caricias, tu boca, tus brazos rodeándome, lo recuerdo con tanta claridad…
No quiero que parezca uno de esos mensajes en los que los enamorados se escriben para consolarse en la distancia, simplemente y para mi desgracia porque ya no estás. No existes, no respiras y yo no te puedo salvar con un beso como hacías tú conmigo.
No lloro porque te fuiste, no lloro porque te echo de menos, no lloro porque te necesito, no lloro porque todas las noches pienso en ti, y le grito a la almohada sin ella tener culpa alguna. Realmente lloro de alegría al saber que aunque tu cuerpo está bajo tierra, tu alma está en un lugar en el cual las sonrisas reinan, y desde aquí te mando un beso y un abrazo, y es más, te pido que no me olvides, porque yo, aunque mi mente quiera olvidarte haré lo posible por recordarte. Aunque una mañana me despierte y no recuerde tu cara, recordaré los momentos vividos, las miradas.
Parece que fue ayer cuando dejaste de abrazarme y por lo tanto mi garantía de vida se desvaneció contigo. Abrazándote con mucho amor, tu otra mitad.
Escrito un día con la menstruación como podéis ver, y más river flows in you.
TCHAO!
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