Cuando estás mal, cuando lo ves todo negro, cuando no tienes nada que perder, cuando... cada instante es insoportablemente insoportable. Y solo suspiras todo el tiempo y lo único que quieres es carmbiar todo como sea, de cualquier forma. De la más simple, de la más cobarde, sin dejar de nuevo para mañana este pensamiento: Él no está, ya no está. Y entonces, simplemente, querrías no estar tampoco tú.
Desaparecer.
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